viernes, 2 de mayo de 2014

Mi vida de antes

Me preguntaron ¿Extrañas tu vida de antes? Mi primer reacción fue decir ¡NO! Ya saben por el miedo a ser juzgada como una mala madre; pero simplemente respondí "a veces sí y aveces no, pero en realidad es algo que no me quita el sueño y generalmente me siento muy bien en mi faceta de madre"

Después cuando tuve un poco de tiempo para reflexionar me di cuenta que en realidad sí extraño mi vida de antes, extraño tener el tiempo y la disposición completamente para hacer lo que me plazca, mas al mismo tiempo siento que mi vida es mucho más rica ahora, valoro más cada emoción, cada gesto y cada detalle, todos los días son intensos y siempre hay algo para recordar, anteriormente se sucedían uno tras otro y parecían ser el mismo día. No sé si me siguen...

También me di cuenta que mi esposo y yo nos hemos adaptado fácil a la paternidad y maternidad porque disfrutamos enormemente nuestro matrimonio por 8 años y medio, viajamos, trasnochamos, paseamos, pasamos fines de semana enteros en los que sólo salíamos de la cama para comer, otros en los que no estábamos en casa más que para dormir un par de horas, hicimos todo e hicimos nada, compramos cosas útiles, compramos cosas inservibles, por novedad o por simple gusto, nos dimos lujos y caprichos en la medida de nuestras posibilidades, pasamos noches enteras hablando y días en completo silencio solo acompañándonos.

Nos teníamos el uno al otro por completo y entonces el paso siguiente fue tener a nuestra bebé y así tendríamos algo que nos uniría para siempre.

Finalmente pienso que estoy en el mejor momento de mi vida, disfruto y vivo el hoy, en mi corazón no hay espacio para vivir en el pasado porque se ha llenado con las sonrisas que día a día me regala mi cría.




martes, 18 de marzo de 2014

Trolleando a mi bebé

Hace días le sacamos una fotos a mi mariposita que salieron muy chuscas, el papi y yo decidimos hacer un cómic con ellas.
El resultado fue éste:

Yo solo espero que cuando sea mayor y se lo muestre no se enoje demasiado con nosotros, ja, ja, ja. Nos divertimos mucho haciéndolo y en Facebook fue todo un éxito.


jueves, 13 de marzo de 2014

La mamá que no quería ser mamá



Nunca quise ser mamá. De niña o adolescente nunca me imaginé con un bebé en mis brazos. Me casé y nunca pensé en tener hijos, no me casé para éso.

La presión de la familia se hizo presente apenas y nos dimos el sí mi marido y yo. Nos preguntaban ¿para cuándo los hijos? en cualquier reunión familiar a la que asistíamos; las amistades trataban de convencernos de que era mejor ser padres jóvenes y "tenerlos seguidos" para terminar pronto.

Yo, para salir del paso y porque me parecía una fecha muy lejana, decía que tendría hijos a los 30, pero en mis adentros decía "¡Ni loca!"

Mi marido, él sí, él siempre quiso ser padre y tener varios hijitos, pero respetaba mucho mi decisión de no procrear, pues desde nuestro noviazgo se lo había dejado en claro.
No me pregunten en qué momento cambié de opinión, porque ni yo lo sé. Haciendo memoria, fue por ahí de los 28 casi 29 años, me sorprendí a mi misma diciéndole a mi marido que si íbamos a tener hijos sería mejor empezar ya porque no quería ser una cuarentona embarazada, jajaja... Y así empezamos a "hacer la tarea".

Los meses pasaban y nada indicaba un embarazo, yo seguía con mis ciclos tan puntuales como siempre, no nos sentíamos mal por éso, pues nuestra postura desde el inicio fue "que pase lo que tenga que pasar" y así pasó un año. Un año, y pensé "soy estéril", ya sabes siempre creí que si había un problema de fertilidad, la del problema sería yo.

En fin, no le dimos importancia y nos fuimos de vacaciones a principios del 2013, cuando regresamos de inmediato supe que algo había cambiado en mí y sin ningún titubeo le anuncié a mi esposo "estoy embarazada".

Pruebas, análisis, consultas y muchos síntomas después pudimos confirmar mediante una ecografía que efectivamente ahí estaba un pequeño ser de 10.5 semanas creciendo en mi vientre. La emoción fue mucha y cuando lo anunciamos a nuestros amigos y familiares nos bombardearon con felicitaciones y enhorabuenas.
Nosotros, aunque asustados (yo lo admito siempre, mi marido no), estábamos más que felices y a la expectativa.

No voy a relatar todo mi embarazo, pues al mirar atrás me doy cuenta que fue un embarazo normal. Sí, me sentía especial y super cuidada y mimada por todos, pero así son (somos) todas las primerizas. Yo lo disfruté mucho, a pesar de los síntomas, a pesar de la incertidumbre y a pesar de estar hospitalizada varias veces.

Para mi lo difícil se me presentó cuando nació mi pequeña. Durante la cuarentena el puerperio; admito que no me preparé, que di todo por sentado y que fue en ésos momentos más vulnerables de mi ser cuando se me vinieron todos ésos años de "No quiero ser mamá", todas ésas cuestiones y negaciones. Fue muy duro, muy intenso estar tan en contacto con mis emociones, con mis más profundos sentimientos y pensamientos. Y me costó mucho comprender por qué yo me había negado tantos años.

No es fácil encontrarte con tu propia sombra.

Nunca lo he dicho públicamente, sólo la familia más allegada sabe que mi nena es muy demandante (qué bebé no lo es), he leído mucho para entender su personalidad y me he topado con el termino Bebés de Alta Demanda, ella calza perfecto en cada de una de las características. Los primeros meses fueron harto difíciles y muy desgastantes, agobiantes; ahora a sus casi 6 meses ya encontramos nuestro ritmo y todo va mejorando.

Finalmente, a lo que quería llegar con todo ésto es que ahora sé porque nació mi pequeña, ella ha venido a enseñarme un sin fin de cosas, las principales: Paciencia y tolerancia. Me ha hecho tragarme muchas, sino es que todas, mis palabras como Nunca dormiré con mis hijos, no les daré pecho, etc, etc, etc; pero ¿saben? no es un gusto amargo, es una revelación para mi, una oportunidad para crecer como persona y estoy feliz por ello.

Éste blog lo abrí hace tiempo y nunca supe sobre qué escribir, ahora pienso darle un buen uso y escribir sobre el desarrollo de mi pequeña, sobre mis nuevos descubrimientos como mamá y tal vez cuando Victoria sea grande le muestre todo ésto, para que vea que ella vino a cambiar mi mundo y mi manera de ver la vida para siempre.












viernes, 9 de noviembre de 2012

Pokémon Nails




Una de las cosas que más me gusta hacer es pintarme las uñas. Me gusta mucho hacerme un buen manicure, es una de las formas en que me gusta consentirme a mi misma; y me hago diseños desde sencillos hasta complicados, aunque no me salgan bien.

En ésta ocasión dejé salir mi lado geek y me hice un diseño inspirado en uno de mis animes favoritos: Pokémon.

Cabe aclarar que no tengo mucha pericia, pero creo que el resultado fue satisfactorio, ¡Al menos para mí!


Y así fue como quedó al final el diseño, que en realidad es super sencillo y rápido de realizar.





Se necesita:
Esmalte Rojo
Esmalte Blanco
Esmalte negro.
Dotting Tool
Top Coat
Mucha Paciencia.

Primero aplicamos una capa delgada de esmalte rojo en toda la uña, dejamos secar y sí es necesario aplicamos otra capa delgada (Es importante que el esmalte se aplique en capas delgadas para que se fije bien y nos dure más tiempo). Ya que haya secado bien, aplicamos una capa delgada de esmalte blanco en la mitad superior de la uña, dejamos secar y aplicamos la segunda capa.
Ya que esté todo nuestro esmalte (Blanco y rojo) bien seco, procedemos a hacer las líneas de división con el esmalte negro, para ésto con el dotting tool tomamos una gota de esmalte negro y del centro de la uña lo arrastramos hacia la izquierda formando una línea, repetimos el procedimiento hacia el lado derecho, tomamos otra gota de esmalte negro y presionamos en el centro de la línea formando un círculo. De nuevo hay que esperar a que seque bien y ahora tomamos una gota más pequeña de esmalte blanco y formamos un círculo más pequeño en el centro del círculo negro. Cuando esté completamente seco, aplicamos top coat y listo, ahora sí tienen sus uñas Pokémon.

Debo decirles que tal vez no les salga bien el diseño a la primera, ésto es cuestión de práctica, no desistan :)

lunes, 22 de octubre de 2012

Grey, Gray o Gris





Durante muchos años renegué del nombre que mis padres eligieron para mí: Gricelda (Sí, en mi acta de nacimiento me registraron como Gricelda con "C"). Siempre me pareció un nombre horrendo, y lo detesté sobre todo en mi adolescencia; quería ser una Adriana, Laura, Leticia, en cambio era "GRICELDA" ¡Cómo sufrí!



Conforme pasaron los años y fui entrando a la adultez encontré una forma para evitar que la gente me llamara por mi nombre completo, me presentaba diciendo "Gricelda, mucho gusto, pero los amigos me dicen Gris", y es fecha que todo, o casi todo, aquél que me conoce me dice "Gris". Sólo uso el Gricelda para trámites y con gente que no volveré a ver en mi vida, jajaja.


Aunque a decir verdad ya me acostumbré a mi nombre y hasta me gusta porque no es un nombre muy común. Claro que no falta quién me cambie el nombre, muchas veces he sido Graciela, Gisela, y hasta Briceida...


Creo que es importante pensar bien los nombre que elegimos para nuestros hijos, aunque es difícil saber si ellos estarán de acuerdo con el nombre que elegimos; por un lado me hubiera gustado tener 2 nombres para poder elegir el que más me gustara, pero también agradecí, tiempo después, que mis padres no hayan elegido un nombre como Jennifer, Natasha, Estrella, o algún otro que sonara a chica de "cabaret".